martes, 15 de febrero de 2011

Crónica de Mal de piedras.

Un nuevo debut, la gente se va animando a presentar los libros, y en esta ocasión ha sido nuestra compañera Carmen Laborda, que ha superado su miedo y nos ha deleitado al hablar de este libro que, debo reconocer, me ha animado a leer, y no creo haber sido la única.

Un matrimonio concertado, sin amor por ninguna de las partes: una mujer desesperada por encontrar el amor, pero que no sabe mirar a su alrededor; un hombre que dice no amarla, pero que la cuida y la mima con toda la intensidad del auténtico amor, de ese amor que ella busca en otro hombre, en un hombre en el que quiere ver todo lo bueno y maravilloso que necesita para ser feliz, tal vez porque pasados unos meses él desaparece de su vida, sin tiempo para mostrarle la cruda realidad, quedando como el fantasma de esa felicidad que siempre está más allá.

Otra curiosidad del libro: los hombres, esos seres eróticos que supuestamente se acuestan con toda la que se pone a tiro, huyen despavoridos ante la crudeza del deseo de la mujer, plasmados en poemas sensuales.

El capítulo seleccionado para leer en clase es la carta del Veterano, el mítico amor de la mujer, perdonando a esta por usarlo en un relato con escenas amorosas, y eso me lleva a la pregunta: ¿podemos disponer libremente de la gente de nuestro entorno, cuando escribimos? ¿les robamos realmente algo al hacerlo? ¿dónde acaba la libertad de expresión y empieza el derecho a la intimidad?

M.J.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho la presentación de Carmen. De forma amena ha sabido tejer el relato del libro con fragmentos del mismo. Ha situado perfectamente los temas y ha animado a la lectura. ¡Enhorabuena!

Respecto al contenido del libro, me parece una buena historia para pensar en qué es la felicidad y cómo muchas veces la perseguimos sin encontrarla nunca. O también, cómo a veces construimos una fantasía a nuestra medidad para sobrellevar el día a día. Al final, llegamos a comprender al personaje de Abuela: podría tener mucho de nosostros.